Nos encontramos en medio de uno de los mayores escándalos de los últimos tiempos en el sector automovilístico.
El grupo Volkswagen, como ya sabe todo el mundo que tenga acceso a algún medio de comunicación, ha reconocido el uso de un software electrónico, en sus vehículos fabricados con el motor del tipo «EA 189», que ponía en bandeja la manipulación en las emisiones contaminantes de más de un treintena de modelos fabricados tanto para Volkswagen como para Audi (se rumorea). La solución es la reconfiguración del software en un concesionario oficial (como una consulta rápida al doctor), algo que no lleva más de 5 minutos.
El escándalo, que salió a la luz a través de un reportaje de Auto Bild sobre las emisiones de los vehículos actuales, ya ha salpicado a Europa, y como consecuencia están siendo investigadas distintas marcas alemanas, haciendo mayor hincapié en el citado Grupo VW y BMW. Ambos fabricantes han procedido a emitir comunicados oficiales desde sus gabinetes de prensa. En el caso de VW para reconocer su culpa, y en el de la fábrica con sede en Munich, BMW, para desmarcarse del uso fraudulento de sus software, dejando claro que ellos siempre han cumplido con los valores de emisiones requeridos tanto en EE.UU. como en Europa.
¿Y que pasa realmente con Volkswagen a partir de ahora?
Esta claro que a nivel económico, la suma de la sanción tanto en EEUU como en Europa por parte de Medio Ambiente sumada a los gastos que supondrá la evaluación de todos los vehículos producidos en Europa entre los años 2007 y 2011 en sus concesionarios oficiales, dejará un montante que hará temblar (solo un poco realmente) a las arcas alemanas. Pero no es lo económico lo que más preocupa en las oficinas germanas.
Y hablando de alemania y como añadido, posiblemente a nivel marketiniano sea el lado más afectado, ya que la campaña «es alemán» que acompaña a todos sus fabricantes allá donde van, queda en entredicho por encima de cualquier fabricante, ya que es en su terreno donde se ha llevado a cabo el origen de estas irregularidades que no se sabrá si podrían haber sido evitadas, y eso es algo que a nosotros, como europeos, nos incumbe.
Parece que lo que más preocupa es aquello conocido a día de hoy como uno de los componentes más valorados de las marcas: la imagen y reputación de las mismas. Vw, desde que la publicidad es publicidad se ha convertido en una marca icónica para distintos grupos sociales, generación tras generación. Coches como el Polo (ese que se reinventa para cada nueva generación que cumple 18 y que siempre te hará sentir joven), el Golf (el que todos siempre quieren tener), la California (esa furgoneta monovolumen que te convertiría en eterno viajero y surfista nada más comprarla) , el Scirocco, y un largo etcétera de modelos que todos nos sabemos, y que a nivel técnico, sirven de patrón para las otras 3 marcas que componen el grupo Volkswagen.
Volkswagen, solo tú puedes cambiar esto. Tu que nos enseñaste que un Beetle podía ser el coche más deseado de los 60, o que cualquiera de nosotros acabaría sentado en tu interior, o que ya podíamos conectar el i phone directamente y como si fuera un componente más, tú tienes el secreto para lavar tu imagen. Solo tú.
A nivel económico no tenemos duda de que lo solventarás. Ya has asumido tu culpa, y de hecho lo has afirmado de forma tajante, pero ahora queremos seguir enamorados de ti. Tienes que volvernos a llevar al centro de paseo, a enseñarnos que estas hecho para nosotros, que sigues siendo el amigo perfecto para viajar. No tenemos duda de que esto sirve para mejorar mas que para destruir, y que este hecho convertirá a los coches fabricados desde el 2007 en los primeros en recibir el cuidado y renovación más eficaz hasta el momento dentro del sector automovilístico.
Otra lectura posible va más allá de un software, y es que Volkswagen se ha convertido en la tercera potencia mundial en lo que a fabricantes automovilísticos se refiere. En EE.UU. se ve uno de sus coches en cualquier calle de cualquier barrio de cualquier ciudad de cualquiera de sus estados.
Se rumorea que en el País de las barras y estrellas no ha sentado nada bien el crecimiento de las ventas de fabricantes alemanes (más representadas en VW) y que esto podría convertirse en una campaña de desprestigio hacia estas marcas.
Solo aquellos capaces de caerse pueden volver aún con más fuerza. Volkswagen, es vuestro turno. Os estamos esperando y no tenemos duda de que volveréis.