El Adblue es un sistema de depuración de gases en los actuales motores diésel para proteger el medio ambiente elaborado mediante una disolución de urea.
A nadie se le escapa que los motores diésel están en el punto de mira en los últimos años debido a sus emisiones, vamos a revisar uno de los métodos que la industria automovilística ha ideado para evitar que los gases nocivos y las partículas emitidos por este tipo de vehículos pasen al aire y contaminen en exceso.
La denominación, como siempre en estos casos, varía según el fabricante: BlueTec, BlueHDi, BlueMotion… el denominador común es la palabra azul encabezando la nomenclatura. La causa es la entrada en vigor de la norma Euro 6 que limita las emisiones contaminantes permitidas para los motores, especialmente en lo que a partículas sólidas y gases se refiere. Aunque hay mecánicas que logran cumplir esta norma sin recurrir a este tipo de sistemas de depuración de los gases, todo apunta a que con la llegada de la norma Euro 6.2 la práctica totalidad de motores diésel precisarán de ellos.
Los motores diésel generan menos cantidad de productos contaminantes y CO2, pero hay dos emisiones que son muy peligrosas y que deben ser reducidas: los óxidos de nitrógeno (NOx) y los benzopirenos presentes en la ceniza que genera la combustión del gasóleo.
Los benzopirenos son partículas sólidas que se adhieren a los tejidos del sistema respiratorio y son altamente cancerígenas, de ahí que se haya hecho obligatorio el instalar filtros de partículas en los diésel para atraparlas de forma completamente mecánica.
Sin embargo, los NOx no se pueden eliminar físicamente, por lo que precisan de una reacción química que los transforme para que no salgan a la atmósfera. Para producir esta reacción química, se precisan dos elementos: por un lado, un catalizador que facilite que el proceso tenga lugar y, por otro, un compuesto químico que reaccione con los peligrosos NOx y los transforme en otros gases inocuos. Este aditivo se conoce comercialmente como AdBlue (es una marca registrada) y está compuesto por una disolución de urea.
Preguntas habituales sobre el Adblue
- ¿Es caro repostar AdBlue?
20 litros de AdBlue tienen un precio medio de unos 40 euros. No es barato, pero, si tenemos en cuenta que sólo se hace una vez cada 20.000 km, es asequible para todos los bolsillos.
- ¿Qué pasa si se me acaba?
La mayoría de los fabricantes avisan en el cuadro al usuario cuando queden menos de 2.000 km de autonomía del aditivo. En ese momento se activa una alerta que nos recuerda tras cada arranque la autonomía restante. Si se agota el aditivo durante un viaje, no pasa nada, podremos llegar al taller, pero, en cuanto apaguemos el motor, el sistema prohíbe que lo volvamos a poner en marcha si no se resetea la unidad y se repone la urea.
- ¿Cuáles son las averías del AdBlue?
El sistema en sí no genera averías en el motor, pero lógicamente puede haber problemas en el propio sistema. Se trata de una reacción química (a diferencia del filtro antipartículas, que es un filtro físico), por lo que no hay nada que esté sometido a desgaste, corrosión, etc. Sin embargo, es una complicación a mayores, por lo que sí se pueden averiar elementos que otro coche no tiene, como por ejemplo el inyector de urea, los sensores de nivel del depósito, la unidad de control… que en un coche sin AdBlue no se estropean simplemente porque no existen.
- ¿Qué cuidados requiere un coche con AdBlue?
La única precaución que hay que tener a la hora de usar un coche con AdBlue es rellenar el depósito antes de que se agote el aditivo.
- ¿Puedo repostar AdBlue yo mismo?
Técnicamente es tan sencillo como abrir el tapón del depósito de urea y rellenarlo; el problema es que hay que conectar el coche a una máquina de diagnosis para resetear el contador del calculador electrónico de la centralita que gobierna el sistema.