Con el invierno llegan las nevadas: la nieve, el hielo o la calzada deslizante por la llovizna, unidas a las bajas temperaturas, son un alto factor de riesgo para conductores.
Intro:
Como hemos visto en las últimas semanas, las nevadas pueden pillarnos desprevenidos por muy preparados que estemos para afrontarlas. Para reducir esos riesgos derivados de las condiciones que provoca el frío, el RACE da consejos de prevención a los conductores. La planificación del viaje, la revisión y puesta a punto del vehículo y la información sobre el estado del tráfico son vitales, así como el uso de sistemas de retención y la conducción precavida.
Es momento de prevenir ese riesgo de accidentalidad, como la posible aparición de placas de hielo o incluso nieve. Siempre hay que respetar los avisos y señales, circular con precaución, y adaptar la conducción a las circunstancias de la vía. Si tiene previsto salir, estudie el recorrido con antelación, consulte el estado del tráfico y la previsión del tiempo durante vacaciones.
Prevención con el coche:
Un correcto mantenimiento mejora la seguridad y alarga la vida del vehículo. Hay una serie de consejos básicos: Comprobar los niveles (especialmente al anticongelante). Es importante el estado de frenos y dirección, la batería (una de las causas más comunes de asistencia, según RACE), así como el dibujo de neumáticos. Revisar el estado de las escobillas, ya que se puede sufrir el efecto ‘spray’ de los vehículos que circulan delante. Hay que llevar siempre cadenas, o neumáticos de invierno si circula por zonas montañosas o con riesgo de nieve.
Y no hay que olvidar evidentemente: triángulo de emergencia, chaleco reflectante, gato, correas, herramientas, juegos de luces y fusibles de repuesto. Finalmente recomendamos llevar manta ante la posibilidad de quedarse retenido por nieve como pasó la semana pasada en la AP-6.
Prevención en el viaje:
Os dejamos unos consejos para mejorar la seguridad antes de emprender la marcha. Primero, programar el viaje antes de salir: previsión del tráfico y meteorología en trayecto y en destino. Llevar siempre números de asistencia y emergencia, o apps de geolocalización en el móvil. En caso de retención prolongada por nieve, tendremos planificada una ruta alternativa o zonas de descanso, sobre todo si viaja con niños. No hay que ponerse horas de llegada, ya que cuando pensamos que el tráfico se restablece tras atascos, puede aparecer uno nuevo. Colocar la carga de forma correcta para evitar que salga despedida en caso de frenazo o impacto, poniendo especial atención a los esquíes.
Prevención con la conducción:
Hay que tener en cuenta muchos factores una vez esté en ruta:
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- Si la vía brilla, ¡puede haber hielo!. Evite zonas sombrías (carreteras arboladas por los laterales) y recuerde que a primera hora puede existir hielo.
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- Hay que adecuar la velocidad a la visibilidad y a la adherencia del suelo. Aumente las paradas ya que la conducción invernal aumenta la fatiga.
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- Mientras conduzca, elimine el vaho de los cristales con la calefacción o baje un poco las ventanillas. Aumente la distancia de seguridad, y anticípese a situaciones de peligro con tiempo suficiente, indicando su situación al resto.
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- Evitar los adelantamientos con climatología adversa. De noche, revisar y limpiar los faros, ya que puede acumularse nieve o suciedad por la lluvia.
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- Si el asfalto por el que se circula es muy deslizante, hay que conducir suavemente. Conducir de forma agresiva aumenta el riesgo. Si se aparca en una zona con riesgo de heladas, pueden congelarse las pastillas de freno.
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- En caso de inmovilización por fuerte nevada, aparque dejando vía libre a las quitanieves, apague el motor y no abandone el vehículo si no existe refugio cerca.
- Disponer siempre de combustible suficiente; además tener más tiempo la calefacción en caso de emergencia, le aportará peso adicional para circular en zonas resbaladizas.
Fuente: DGT
Por: R.G.V.